Era una mañana fría, pero el corazón estaba cálido por la emoción de ir a descubrir a nuestro amigo y hermano Jesús. Nos habíamos preparado previamente, tanto en el colegio, con oración y cantos, como en la casa, confeccionando el pandero que usaríamos en el tren de la alegría y trayendo nuestros peluches de animales.

Fue un día intenso y entretenido, descubrimos lo bueno que es Jesús al regalarnos los bichitos, nuestro cuerpo, su vida en la cruz, a su madre nuestra “Mamita María”. Aprendimos que no somos animales sino humanos y como tales nos abrazamos, nos queremos. También, que Jesús quiere que estemos felices.

A las 12:00 hrs. nos reunimos con los papás y mamás en una celebración íntima y hermosa, en donde compartimos con ellos la alegría de habernos encontrado con Cristo. ¡Gracias a todos por acompañarnos, a Dios por el hermoso día, a las madrinas por su cercanía, a los niños y niñas por su entusiasmo y alegría, a las tías por su entrega desinteresada, a Camilo y Fernanda por su colaboración, al Hno. Feliciano por su testimonio sencillo y profundo, y un recuerdo especial a los niños y niñas que por estar enfermos no pudieron asistir, en todo momento estuvieron en nuestro corazón.

¡Gracias Señor, por el día tan lindo del martes!