Al empezar este sueño, jamás pensamos que en nuestro
primer año estaríamos regalando felicidad a niños en dos
lugares de nuestra región.
Una parte del equipo empezó con este sueño hace
aproximadamente un año, más un grupo de 32 tíos y tías,
entre ellos alumnos, alumnas y ex-alumnos del Instituto
Rafael Ariztía, alumnas y ex-alumnas del Colegio Nuestra
Sra. del Huerto, se trasladaron unos kilómetros, para
regalar felicidad a niños, en la localidad de Pocochay.
Todo empezó el día 15 de enero cuando nos
reunimos en nuestro colegio, para recibir el envío de
parte de nuestro equipo de espiritualidad y nuestro
hermano rector, al igual que el año pasado, llevamos
nuestras mochilas y bolsos llenas de entusiasmo y ganas
de que estas colonias salieran como las habíamos
planificado.
Al fin día esperado por todos, la llegada
de los niños, los cuales venían de la localidad de
Pocochay, La Cruz, además de los niños de los hogares
Enrique Callejas, Tezanos Pinto de Quillota y Santa
Teresa de La Cruz, en total pudimos entretener y
enseñar a más de 80 niños que llegaban día a día para
compartir con nosotros.
Al igual que las otras colonias nos
separamos en subcampos, donde el tema central eran los
Dibujos Animados donde estaban Bob Esponja, Los
Simpson Los Picapiedras y Los Padrinos Mágicos. Los
niños tenían momentos en los cuales compartían con sus
tíos, además de divertirse haciendo talleres deportivos
y artísticos, manualidades, juegos y competencias a
diario, el paseo a la piscina Municipal de Quillota,
además del día en común que tuvimos con las Colonias de
Puente Colmo en el Estadio Marista, donde compartimos
como una sola Colonia.
En cada momento que compartimos con los
niños pudimos darnos cuenta que ellos sin saberlo nos
dejaban mucho mas de lo que nosotros pudimos
entregarles, con un simple gesto: una sonrisa, la cual
es la mejor recompensa a nuestro esfuerzo y trabajo.
Este sueño lo podemos seguir llevando a
cabo gracias al aporte de padres y apoderados e
instituciones que nos apoyaron y al trabajo diario de
todos los jóvenes que hicieron de tíos y tías de esos
niños.
Sin duda fue una experiencia que,
nuevamente, dejó las caritas de los niños con una gran
sonrisa y a nuestros corazones llenos de cariño y
alegría, con el deseo de que esta actividad siga
creciendo, por que solo es el comienzo de este sueño,
por que vamos a seguir regalando
Sonrisas Sin Fronteras
. con amor nada es imposible.
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