La profesional, especializada en casos de bullying en
colegios, realizó una charla organizada por el C.G.P. y
UNAPAC en el aula magna de nuestro Instituto.
Este sábado se realizó el 1ra escuela de padres
de colegios católicos de la zona interior, organizada
por el centro general de padres del IRA en conjunto con
la Unión nacional de Centros de padres diócesis
Valparaíso.
Este departamento, que funciona desde el año 2001, tiene
como misión unir a todos los C.P. para intercambiar
ideas y organizar seminarios con distintos temas de
interés. En estos momentos UNAPAC trabaja con 82
colegios católicos y su presidente nacional y regional
es José Luis Salinas. El asesor espiritual de esa
agrupación es el Presbítero Edgardo Fernández Apablaza,
director del departamento de educación del episcopado.
En la oportunidad, se contó con la presencia de la
sicóloga Carolina Benítez Moesca, quien desarrollo el
tema el rol de la familia en el acoso escolar (Bullying).
Para Benítez, el tema del Bullying tiene directa
relación con la intimidación y afecta de igual manera a
hombres y mujeres de distintos estratos sociales. En
términos simples, el bullying Se refiere a todas las
formas de actitudes agresivas, intencionadas y
repetidas, que ocurren sin motivación evidente,
adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros.
Se traduce en constantes amenazas, insultos, agresiones,
vejaciones, etc. Se aísla del grupo al agredido, se le
ofende y le anula, señaló la profesional.
Entre las causas de este flagelo se
pueden detectar los siguientes casos, ciertos modelos
educativos; tipos particulares de resolución de
conflictos en la familia y en el colegio como la
violencia o intimidación; falta de promoción de
actitudes y valores; ausencia de límites y reglas de
convivencia, ausencia de palabra con padres amigos y
profesores.
En cuanto a los cambios de tanto las victimas como de
los victimarios, Benítez asegura que mientras los
primeros experimentan baja de la autoestima, depresión,
fobias y actitudes pasivas, los segundos se vuelven
intolerantes, violentos, agresivo entre otras
consecuencias negativas. Por su parte el entorno, las
personas o amigos prefieren mantenerse al margen de la
situación.
Entre las soluciones que entrega la especialista está el
hecho de identificar al agresor y víctima, el tipo de
agresión, física sexual o psicológica. Se debe entonces
canalizar las conductas a través del establecimiento de
canales de comunicación reales y de confianza para los
afectados. Se debe usar la palabra, hablar, decir y no
callar apoyando siempre a los niños, ellos deben sentir
confianza en los demás, sentenció Benítez.
Finalmente se trabajó con los presentes en actividades
grupales que les servirá para estar más preparados para
enfrentar este tipo de problemas tan habituales en
nuestra sociedad actual.