Noticias
Eucaristía de los Cuartos Medios, Promoción del Bicentenario
Por
Instituto Rafael A.
Publicado:
26 Noviembre 2010
Leido 726 veces
La despedida de los cuartos medios continuó este miércoles 24 de diciembre con la celebración de la última Eucaristía en la Capilla colegial, que lucía hermosamente adornada. Fue oficiada por el Padre Enzo, Capellán de Educación Media, quien en su homilía resaltó la figura de Jesús como permanente compañía para los jóvenes. "Déjense guiar por el Evangelio, porque ahora que salen del Colegio, enfrentarán momentos difíciles en los cuales la Fe será un soporte fundamental para ustedes".
Las alumnas y alumnos, ubicados junto a sus padres, vivieron con emoción este encuentro con Jesús a través de la Eucaristía, que se caracterizó por la participación de todos los estamentos colegiales en los diferentes momentos de su desarrollo. Queremos dejar testimonio del sentimiento de nuestros alumnos, que fue expresado por el alumno José Ignacio Cabrera Farías, quien en sus palabras resumió la estadía de su generación en las aulas del IRA y dejó manifiesto el testimonio que padres y educadores lo habían formado integralmente para ser discípulo y misionero; en su estilo, con el anecdotario a flor de piel, a continuación transcribimos parte del discurso de José Ignacio Cabrera Farías, en el momento de agradecer a Dios por lo recibido. Esto fue lo que nos dijo: “Hemos llegado al fin de un ciclo que resulta ser de suma relevancia en nuestras vidas; una etapa maravillosa que refleja el amor de nuestras familias y profesores en nosotros mismos. Debemos agradecer a Dios por terminar esta etapa escolar en nuestro querido Instituto Rafael Ariztía, acompañados de los 111 alumnos que mañana dejamos este establecimiento y que conformamos la Promoción 2010.  En estos 12 años de mi paso por el IRA, he crecido en lo físico, personal y en valores que la educación marista entrega. Pero no sólo el colegio nos ha visto crecer a nosotros, sino que nosotros también hemos sido testigos de profundos cambios que han ocurrido en el colegio y cómo éste ha ido evolucionando. Cuando entré a primero básico junto a varios compañeros en 1999, mismo año de la canonización de nuestro Padre Fundador Marcelino Champagnat, nos tocó vivenciar el sistema de la jornada completa durante 2 años. Fue sin duda un cambio drástico y que, de no haber sido por la buena acogida de las tías que con afecto recuerdo, seguramente no me hubiese acostumbrado tan fácilmente. El ingreso de las niñas el 2001 fue un hecho que no dejó indiferente a nadie, menos a nosotros. Esto porque tuvimos que aprender a convivir en un ambiente donde hombres y mujeres compartimos de forma natural el día a día. Más si a través de ellas vemos un reflejo de lo que nuestra Buena Madre la Virgen María significa para los maristas. Fuimos testigos en los años siguientes de cómo el colegio se modernizaba en infraestructura y tecnología. Vimos asumir al primer rector laico de nuestro Colegio. También partir a profesoras y profesores emblemáticos. En primer lugar, estará siempre vivo el recuerdo de nuestra querida tía Saidy Gómez, quien desde el Cielo nos sigue acompañando y animando. Y otros profesores que han marchado de esta institución por haber cumplido un ciclo de servicio ligado a la educación de jóvenes. Por nombrar algunos y algunas: tía Paty Peralta, tía Chepita, Sr. Carlos Quiroz, Sr. Rubén Araya… Ser parte de la promoción del Bicentenario no hace más que llenarme de orgullo. Este 2010 no ha sido un año fácil para Chile, han ocurrido hechos que dejarán huellas imborrables en nosotros y que nos obligan a asumir un mayor compromiso con nuestra sociedad y nuestra patria. Mismo compromiso que demostró nuestra Promoción 2010 con el colegio, reflejado en múltiples actividades e instancias de participación: La Banda, el Centro de Alumnos, el Huracán Amarillo, la Semana Marista, grupo Scout, grupos pastorales, experiencias solidarias. Y dentro de estas últimas quiero mencionar dos que se llevaron a cabo este año. Primero, la Semana Hospitalaria, que nos permitió conocer más de cerca una realidad dolorosa y de sufrimiento. Segundo, la experiencia de construir casas en el Villa Prat, que nos produjo un gran enriquecimiento personal, por lo que significó compartir con nuestros hermanos que aún viven el dolor de una tragedia que hizo sentirnos más chilenos y más solidarios. Haber vivido estas experiencias, sumado a la formación que hemos recibido son las herramientas que nos van a permitir enfrentar el “mundo de verdad”, en el que cada uno va a emprender su propio rumbo, “luchando por los bellos ideales”, tal como recita el himno de nuestro Instituto, para así poder alcanzar las metas que nos propongamos. Y en este sentido, el carisma marista ya lo tenemos impregnado y quedará para siempre en nosotros, haciendo que nos sintamos verdaderamente “Maristas de alma y corazón”. Por todo esto es necesario dar las gracias. En primer lugar a Dios por darnos la vida y por las oportunidades que nos brinda. A mi familia, que no se equivocó en la elección de este colegio hace ya 12 años, y que me apoyó en todo momento. A los profesores, profesoras, tíos y tías, porque sin su esfuerzo, dedicación y, por sobre todo, paciencia, los frutos de nuestro trabajo no habrían sido los mismos. También a todos quienes componen la comunidad educativa del Instituto Rafael Ariztía, partiendo por el Rector y el Consejo Directivo, los hermanos maristas, los administrativos y auxiliares, porque cada uno, desde su propia función, hace más grande nuestra institución. Finalmente, quiero agradecer de forma muy especial a ustedes, compañeros de generación, con quienes crecí, aprendí y pude compartir estos años de colegio. Ustedes fueron los responsables de tantas alegrías y satisfacciones, pero también de tristezas y preocupaciones. Todas emociones vividas que me hicieron crecer como persona, al aprender a valorar la amistad como un regalo de Dios. Ahora no queda más que despedirnos del colegio que nos acogió durante estos años. Sin embargo, para algunos, ésta no va a ser una despedida definitiva, ya que podremos seguir ligados al IRA como exalumnos y, más adelante, como apoderados. Y es que al final, queremos que más que un adiós sea un hasta pronto. En lo personal, deseo profundamente estar presente en la conmemoración de los 100 años del Instituto, el 2014, y poder reencontrarme con muchos de ustedes, permitiendo que el colegio siga siendo el vínculo que mantenga vivas las amistades que aquí se forjaron. Que sigamos por siempre en compañía de Jesús, María y Champagnat”. En la parte final de la Eucaristía, nuestro Rector Claudio Arellano C. y el Hermano Feliciano Ortega, Superior de la Comunidad de Hermanos Maristas, entregaron a cada uno de los alumnos la insignia Marista, como testimonio de su paso por la aulas del querido Instituto Rafael Ariztía.Concluida la hermosa y solemne Eucaristía, los egresados junto a sus familias fueron invitados por el Centro de Exalumnos a pasar al Salón de Actos para hacerles entrega de un diploma de egresados y, a las damas, también una flor. Después de este sencillo acto, todos participaron de un vino de honor en el patio de Media Superior. Parte 1   Parte 2    

Publicado en:
© CONGREGACIÓN DE LOS HERMANOS MARISTAS
Ámbito de Diseño, Informática y Comunicaciones