Villa Prat es una localidad rural situada en la Comuna
de Sagrada Familia, Provincia de Curicó. Tiene 2.292
habitantes y está ubicada a unos 40 kilómetros de
Curicó. Para llegar hasta allá hay que cruzar esta
hermosa ciudad de la VII Región por la ruta 5, unos 8
kilómetros más al sur, y luego virar hacia la costa. El
paisaje es muy bello y de una vegetación exuberante.
El 27 de febrero pasado, Villa Prat fue
afectada por uno de los peores terremotos de que se
tenga memoria y muchas de sus viviendas, construidas con
adobe, sufrieron destrucción total. Hoy, sus habitantes
todavía recuerdan con temor el movimiento telúrico y han
debido acostumbrarse a una nueva realidad: reemplazar
sus antiguas casas por viviendas de emergencia que, al
menos por ahora, los protegen de las lluvias y el frío,
cuyos efectos ya se hacen sentir en la zona, como lo
experimentamos quienes realizamos una visita de
reconocimiento al lugar.
Pasadas las 10:00 horas del sábado 22 de
mayo, nos reunimos en una bencinera ubicada a unos dos
kilómetros al sur de Curicó, este servidor con el
Presidente del Centro de Padres, su esposa y el Director
de E. Básica y su familia. Allí esperamos por algunos
minutos a Mauricio Muñoz, encargado de Un Techo para
Chile en la VII Región, quien nos guió hasta Sagrada
Familia, para mostrarnos el lugar donde las alumnas y
alumnos de tercero y cuarto medio de nuestro Colegio
ayudarán a levantar mediaguas.
Mauricio terminó hace poco sus estudios
de Ingeniería Civil en la U. Católica de Santiago y
desde el 1 de marzo de este año se instaló en la zona
para dedicarse por completo a la tarea de ayudar a los
más necesitados y coordinar el proceso de levantamiento
de viviendas de emergencia. Es uno de aquellos jóvenes
que profundamente conmovidos por la tragedia no dudó en
servir al prójimo con su entusiasmo y vitalidad y estuvo
dispuesto a poner sus conocimientos al servicio de tan
noble causa.
El propósito de nuestro viaje fue ver en
terreno la realidad en la que trabajarán los alumnos, el
lugar donde se alojarán y conocer a las personas con las
cuales estarán en contacto durante el fin de semana del
28 al 30 de mayo.
Durante las horas que estuvimos en Villa
Prat pudimos observar el grado de destrucción que dejó
el terremoto. Pudimos percibir también que muchos
jóvenes han estado en el lugar ayudando a la gente y
entregando con generosidad su tiempo y ganas de
colaborar. A esa voluntad se debe que Villa Prat esté
hoy con una gran cantidad de viviendas de emergencia
levantadas. Sin embargo, todavía hay necesidades y es el
momento para que nosotros vayamos a ayudar a quienes
todavía esperan una mano solidaria. Es el momento para
salir deprisa, con María, a esta tierra que seguramente
será nueva para la mayoría de nuestras alumnas y
alumnos.
Al iniciar el retorno, no hicimos mayores
comentarios sobre los que vimos. Las imágenes eran
elocuentes. Simplemente nos despedimos afectuosamente de
Mauricio e iniciamos el retorno con la necesidad de
comunicar esta experiencia y organizarnos para volver
con nuestros jóvenes a hacer vida la parábola del buen
samaritano.