Durante su homilía, el sacerdote hizo referencia a la necesidad de construir una Iglesia más acogedora, que sea capaz de entusiasmar a los católicos y de convocar a más personas a seguir a Jesucristo. Al mismo tiempo, se refirió a la escasez de vocaciones religiosas e hizo un llamado a los padres a plantear esta posibilidad a sus hijos. Presentó a Marcelino Champagnat como un modelo a seguir para los jóvenes de hoy y a los Hermanos como sus fieles seguidores.

Al final de la Eucaristía se mostró un power con el testamento espiritual del Padre Champagnat y luego nuestro Rector saludó a los presentes haciendo alusión a los ejes fundamentales de la espiritualidad Marista, que como Institución debemos mantener y preservar. Al concluir sus palabras, invitó a todos los asistentes a pasar al patio para servirse un delicioso chocolate caliente.

Llegado el lunes 06 de junio, el día de San Marcelino, nos vestimos de gala para el acto y desfile en su honor, que se realizó en el gimnasio del Colegio, con la asistencia de autoridades civiles y de carabineros. En esta ocasión, nuestro Rector se dirigió a los presentes y en parte de sus palabras, expresó:

“Este es el hombre que hoy nos convoca. Un hombre y un santo para su tiempo y para el nuestro. Nosotros somos parte de su historia, somos la prolongación de sus sueños, somos Familia Marista y estamos orgullosos de serlo.

Por eso hoy, a cien años de la llegada de los primeros Hermanos Maristas a Los Andes, encabezados por el Hermano Luis Adventinus, soñamos futuro evangelizando desde la educación. Hoy, la obra de San Marcelino Champagnat está más vigente que nunca.

Si él llamaba a dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar, hoy, en esta sociedad tan alejada de los valores espirituales, los Maristas estamos llamados a evangelizar, a catequizar en cada lugar en que nos encontremos.

Si el Padre Champagnat confiaba plenamente en la Buena Madre y a ella entregó su obra, hoy, en esta sociedad en que la confianza del hombre parece puesta en lo superfluo, en los bienes materiales, los Maristas estamos llamados a hacer sentir que la Madre es el camino que nos lleva a Jesús y que ningún proyecto nuestro se puede realizar sin encomendárselo a ella.

Si el Padre Champagnat encarnó las pequeñas virtudes de la sencillez, la humildad, el espíritu de familia, el amor al trabajo, hoy, en la sociedad en que vivimos, tan amiga de la ostentación, de la farándula, del materialismo, una sociedad en que hasta la familia parece desechable, los Maristas debemos ser los defensores de las virtudes, de los valores que el Padre Champagnat inculcó a los Hermanos.

Por cierto, si no somos capaces de luchar por estos valores, no podemos llamarnos Maristas”.

El acto continuó con la ofrenda floral que nuestro Rector junto al Hermano Francisco de Blas pusieron ante la imagen del Padre Champagnat. Posteriormente, se entregó un reconocimiento a las personas que este año están cumpliendo 25 años de servicio: El profesor Antonio Marín y el auxiliar Eduardo Zúñiga, quienes recibieron de parte del Rector y Vicerrector una medalla conmemorativa y de parte del Hermano Francisco de Blas y del Director de Básica, un galvano recordatorio.

Finalmente, se realizó el solemne desfile con que todos los cursos Colegio rindieron homenaje al Padre Fundador.

Para culminar la celebración se ofreció un coctel a los invitados, donde se cantó el cumpleaños a Marcelino y se agradeció a los Hermanos que son parte de nuestra comunidad por la labor que cumplen día a día en nuestro Colegio.