Fueron largos años de preparación, entrevistas con los integrantes del consejo de la escuela diaconal, reuniones mensuales de las esposas, retiros, test psicológicos, convivencias, celebraciones, entrega de ministerios y misiones para llegar a ordenación diaconal.

Hoy su misión estará centrada en evangelizar el mundo laboral, vecinal y familiar en el cual se desenvuelve, ya que como diácono le corresponde llevar la Buena Noticia a todos los ambientes. Su servicio está enfocado en tres aspectos fundamentales: Servicio autorizado de la Palabra de Dios, Ejercicio de la caridad y Ministerio litúrgico.

En los últimos años, el Sr Avelino estuvo inserto en una comunidad eclesial para desarrollar su misión pastoral, colaborando en la catequesis y las celebraciones litúrgicas. Semanas previas a la ordenación diaconal, realizó un retito espiritual de cinco días -así lo establece el Derecho Canónico- en el Seminario Mayor de Lo Vásquez, con lo cual concluyó el proceso que llevó a su ordenación diaconal.

“Es un tiempo de mucha alegría, bendición y gozo que deseo compartir con todas aquellas personas con las cuales me relaciono diariamente, con mi familia, amistades, comunidades eclesiales pertenecientes a la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús y sus respectivas capillas (San Pablo, San Pedro, San Antonio, Sol de Julio y Antumapu), además del Instituto Rafael Ariztía. Que Jesucristo, el Señor, derrame sobre todos ustedes su gracia. Un inmenso saludo y gratitud a todos. Diácono: Avelino Fernández Salcedo”