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Recordamos canonización de Marcelino
Por
Camila Gatica F.
Publicado:
25 Abril 2016
Leido 812 veces
Alumnos de la sección inicial que representaron a los Obispos.
 El 18 de abril de 1999, el Papa Juan Pablo II canoniza a Marcelino en la plaza San Pedro del Vaticano y le reconoce como santo de la Iglesia universal.
Reviviendo este hermoso e importante momento para toda la comunidad Marista, el pasado lunes 18 de abril la sección inicial representó este hito para todos los alumnos de su sección, en esta oportunidad actuaron: José Domingo Pando, Matias Santelices, Samuel Berrios, Joaquín Wilde, Rafael Suzarte, Agustín Pino, Mateo Frez, Agustín Mery, Clemente Ramírez y Nadam Cho.

Recordamos que para la Canonización de Marcelino, se debe principalmente a dos milagros estudiados: El caso de Georgina Grondin Cayó enferma en noviembre de 1938. Tres médicos que la examinaron a lo largo de un año diagnosticaron síntomas de cáncer y se procedió a una intervención quirúrgica. El 2 de septiembre de 1939, ya en la mesa de operaciones, apenas efectuada la incisión, vio el cirujano que el mal estaba demasiado extendido para extirparlo; cerró y dispuso que se llevasen a la enferma para que al menos tuviese el consuelo de morir entre los suyos. Los médicos ayudantes opinaron lo mismo.
  La señora Grondin tenía un sobrino que era Hno. Marista, elevó su oración a Dios por intercesión del P. Champagnat y, al poco tiempo quedó absolutamente curada. No volvió a sentir dolor alguno. Como certificaron los médicos, el mal había desaparecido.

El segundo caso ocurrió en la misión marista de Betafo (Madagascar). El 27 de octubre de 1941 cayó enfermo Juan Ranaivo, un joven indígena, alumno del colegio marista. Lo trasladaron urgentemente al hospital de Antsirabé y el análisis del líquido cefalorraquídeo reveló una "meningitis cerebroespinal muy grave, de imposible curación".
El Hno. Director de la misión, el párroco y todos los feligreses comenzaron a rezar, pidiendo a Dios la curación del enfermo por intercesión del P. Champagnat. Pero el mal seguía avanzando. Se le administraron los últimos sacramentos y pronto entró en agonía, en opinión de todos, era el final ,pero, a los pocos días y sin saber cómo, la fiebre comenzó a bajar y el joven despertó plácidamente. Dijo que había visto a una persona igual a la que figuraba en las estampas de Marcelino Champagnat. Quiso levantarse, pero no se lo permitieron; se le tuvo varios días en observación y estaba curado.
 

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