Comenzamos la celebración recordando: ¿qué estábamos haciendo, cada uno de nosotros, 14 años atrás? ¿Qué nos gustaba hacer? , niños y niñas pequeños que usaban por vez primera uniforme escolar, garabateaban hojas blancas de cuaderno con lápices que aprendían a tomar, y comenzaban la aventura que hoy los ha traído a estar sentados aquí, la aventura de aprender.

En el momento del ofertorio, los presidentes de cada cuarto medio presentaron en el altar los polerones que los han identificado durante todo el año, con sus nombres, sus historias y sus vivencias. Junto a los polerones, entregaron lápices que fueron bendecidos y finalmente regalados a la Generación. Además, la Familia Herrera Alcaíno, de numerosos años en nuestro colegio, ofreció los dones de Pan y Vino que se convertirán en cuerpo y sangre de Jesús.

Continuando con la emotiva Eucaristía, fuimos testigos del momento de la luz, signo que expresa el deseo que tenemos para con nuestros estudiantes: que sean siempre iluminados, que sean siempre luminosos. Los profesores tutores de cuarto medio, recibieron la luz encendiendo la vela, que iluminó a todas las demás. Compartieron esta luz con sus cursos, como un testimonio de la tarea con que ahora egresan del colegio: ser luz en este mundo cada vez más turbulento y necesitado de esperanza. Para finalizar, nuestro Rector Hno. Jesús Triguero J. entregó su mensaje y felicitaciones a la Generación 2018.

Salgan al mundo y repartan la luz que Dios, sus familias y su colegio les han ayudado a desarrollar. Vean la esperanza que nos dan en un mundo mejor.

Que Dios les Bendiga, Generación 2018.