La jornada comenzó recordando los hitos más importantes vividos en los encuentros MME del año pasado. Luego, reunidos en grupos se reflexionó acerca de las características positivas y negativas de nuestra cultura colegial y congregacional, para valorarlas como fortalezas y oportunidades de crecimiento, reconociendo cómo somos y cómo queremos dejar de ser. Las Conclusiones fueron expuestas por representantes de cada grupo, identificando lo positivo en frutas grandes y lo negativo en frutas pequeñas.

Concluyendo las exposiciones de cada grupo, todo el personal se dirigió al casino para disfrutar de un coffe break.

Continuando con la actividad, los asistentes reflexionaron sobre qué elementos personales, espirituales, profesionales e institucionales pueden servir como abono para ayudar a que los frutos pequeños que representan nuestras debilidades se conviertan en oportunidades de crecimiento y puedan madurar y transformarse en frutos positivos como las fortalezas. Cada grupo escogió 5 conceptos/características, como elementos de siembra.

Finalmente, representantes del equipo central explicaron la importancia de reconocer las características de nuestra cultura para comenzar a transitar hacia la participación protagónica.

Reiteramos la invitación a nuestra comunidad: Comprometerse con el desafío de ser frutos nuevos que dan vida y continúan manteniendo vivo el carisma marista.