Durante los dos primeros días, hubo importantes foros, trabajos grupales y plenarios que hicieron de estos jóvenes unos verdaderos diputados de la educación. Obviamente no podía faltar el entretenido paseo a la Cordillera de Los Andes, el almuerzo en Saladillo, un recorrido por la piscicultura del lugar y finalmente una visita al famoso Centro Invernal Portillo. Y como si fuera poco, para culminar el día, una convivencia artístico-recreativa, en donde bailaron y cantaron a gusto. Ya para el sábado los trabajos grupales se dedicaron a la confección de bases para la organización nacional de los centros de alumnos maristas. Luego una eucaristía de despedida, un alegre almuerzo de camaradería y el regreso de las delegaciones a sus respectivas ciudades.