En esta mi segunda Jornada del año que se realizó el 30
de agosto y mi primera tutoría, estoy muy contenta de
todo lo que hemos logrado como curso.
Empezamos este año siendo desconocidos, ya que
entre ellos no todos habían sido compañeros y tampoco me
conocían a mí.
Para uno como educadora marista es muy
reconfortable ver a niños y niñas compartiendo en la
jornada y fuera de ella sin prejuicios, apoyándose y
aprendiendo lo que significa el trabajo en equipo, esto
es sin duda, una de las mejores recompensas en el
trabajo de tutoría.
Espero que todo lo que han crecido y aprendido lo pongan
en el futuro al servicio de la comunidad como buenos
Cristianos y buenos ciudadanos.