Nos preparamos durante mucho tiempo para ir al Encuentro con Jesús, con cantos, oraciones, con los panderos fabricados en familia y las visitas del Hno. Feliciano también nos ayudaban a preparar el corazón. El sol iluminó nuestro día, los bichitos, nuestro cuerpo, la vida de Jesús entregada por amor, nuestra “Mamita María”, los peluches de animales, todo nos servía para tomar conciencia que nuestro Señor nos ama y por eso quiere que estemos felices.

Al final, la celebración en compañía de nuestros padres quienes fueron testigos de los compromisos que adquirimos en la tarea diaria de ser mejores, mejores hijos, mejores hermanos y mejores alumnos. Por último, gracias a las madrinas (¡bien valió la pena el esfuerzo!) por su dedicación y empeño y al Hno. Feliciano siempre dedicado, simple y sencillo como un niño.

¡Fue un lindo encuentro en compañía de sus preferidos, los niños y niñas