Con mucha emoción y respeto, las alumnas y alumnos de
cuarto medio vivieron su última misa en el Colegio,
oficiada por el capellán Padre Enzo Salazar. La Capilla
en que muchas veces vivieron diferentes acontecimientos
pastorales, los acogió por última vez junto a sus
padres, para celebrar la vida.
Durante el rito del perdón, el sacerdote pidió a padres
e hijos que se miraran a los ojos para pedir perdón por
todas las veces en que no cumplieron sus roles como el
Señor lo quiere.
Una primera sorpresa grata vino en el
momento del Salmo, que fue cantado por la alumna
egresada Mónica Díaz. Su melodiosa voz nos hizo recordar
todos los eventos artísticos en que le correspondió
participar y las muchas veces en que colaboró en el coro
durante la misas. En la homilía, el sacerdote recordó la
importancia de construir la vida sobre roca sólida, para
que ninguna tempestad logre apartarlos del camino hacia
Jesús.
Posteriormente, el alumno Jaime Lizama se dirigió a los
presentes a nombre de sus compañeros para agradecer al
Instituto todo lo entregado durante los años de estudio
en nuestro Colegio.
Poco antes de la oración final, se
dirigió a los presentes el Hermano Jesús Pérez, Delegado
de Misión en Chile de la Provincia de Santa María de Los
Andes. Con mucha alegría reflexionó acerca de la
importancia que tiene nuestro Instituto en la comunidad
Quillotana. El colegio es construir como en una roca y
la roca es Jesucristo, señaló el Hermano Jesús. Además
de agradecer a los padres por confiar la educación de
sus hijos al IRA, recordó la frase síntesis del XXI
Capítulo General Con María caminamos deprisa
hacia un nuevo mundo, como el eje a seguir para
el próximo año por nuestros colegios maristas. Debemos
ser el rostro de María y Champagnat para dar a conocer a
Jesucristo como ellos lo hicieron en sus vidas. Durante
su intervención, invitó a padres e hijos a expresarse el
amor a través de un beso.
Finalmente, los alumnos se trasladaron de
la capilla al aula magna del Colegio, donde los esperaba
la nueva directiva del centro de ex alumnos dirigida por
Rafael Leiva. Francisco Delgado, ex exalumno de la
promoción 2006, fue el locutor de este acto que
consistió en la firma del registro y la entrega de un
diploma. A las egresadas, además, les entregaron un
gladiolo como gesto de cortesía por parte del CEIRA.
Luego, Manuel Abarca, ex alumno de la promoción 2006, se
refirió a la nueva vida universitaria que muchos de
ellos vivirán y a la importancia que para él significó
estudiar en un colegio marista.
Para finalizar la jornada, compartieron un cóctel
organizado también por la directiva del Centro de
Exalumnos, donde pudieron vivir un instante de
camaradería y dialogo entre los nuevos y antiguos
exalumnos de nuestro querido Instituto.