La Semana Santa Juvenil en Quillota tiene larga data
?más de veinte años- y mantiene su validez y vigencia
por ser una instancia importante de convocatoria
espiritual para los jóvenes de primero a cuarto medio de
nuestra ciudad. Este año no fue la excepción, pues
concitó la participación de seiscientos jóvenes, quienes
asistieron el jueves, viernes y sábado a conformar
comunidad y celebrar los misterios del Triduo Pascual.
La organización estuvo a cargo de tres colegios
católicos: Colegio Nuestra Señora del Huerto, Instituto
Rafael Ariztía y Colegio Diego Echeverría. Cada año se
turnan como sede; esta vez, correspondió al último
mencionado. Ciento setenta peregrinos corresponden a
nuestro colegio y a ello hay que añadir veintiocho
monitores.
El lema que se eligió para este año ha
sido: Cristo resucita, Chile renace, manifestación
clara de que celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección
de Cristo en esta ocasión implicaba reconocerlo en los
rostros sufrientes de nuestros hermanos afectados por el
terremoto del 27 de febrero. Por ello las comunidades
juveniles tuvieron nombres que hacían presente en los
jóvenes participantes a Dichato, Iloca, Chépica y otros
tantos pueblos y lugares de Chile donde aún persiste la
necesidad de recibir compañía y apoyo material y
espiritual.
La forma de celebrar es en clave juvenil,
esto es, por medio de momentos de cantos, juegos,
dinámica, reflexión, diálogo y oración. Pero esto no es
todo, hubo momentos destacables tales como la Eucaristía
del Jueves Santo presidida por el Padre Enzo Salazar de
la Parroquia San Martín de Tours- que se constituyó en
el momento de encuentro y sensibilización para que los
jóvenes aquilataran la gracia de Dios al responder a
este llamado a vivir Semana Santa y ser sus testigos en
la ciudad. El Viernes Santo por la mañana fue momento
propicio para que muchos jóvenes se confesaran y,
durante el día oraran en torno al Vía Crucis, culminando
en la Liturgia celebrada por un joven laico Héctor
Madrid- , y adorar en sentida oración la cruz en la que
Jesús dio su vida por la salvación de toda la humanidad.
El Sábado Santo estuvo marcado por la solidaridad como
respuesta esperanzadora ante la espera de
la Resurrección del Señor, por lo que los jóvenes
acopiaron alimentos solicitados voluntariamente a los
vecinos de diversos sectores de Quillota y, luego en la
tarde los repartieron a 80 familias afectadas por el
terremoto, desde Boco a San Pedro. La Liturgia de la Luz
con la que se inicia la Misa de Resurrección tuvo
profundo sentido alimentada por los testimonios de los
peregrinos, compartidos previamente en torno a dos
fogones. Cabe destacar el gran impacto que tuvo esta
Eucaristía la celebración presidida por el sacerdote
franciscano Alberto Sagredo quien, a sus ochenta y nueve
años nos contagió con su entusiasmo, hizo una magistral
catequesis juvenil y dejó pensativos a muchos jóvenes
asistentes al declarar que un sacerdote joven debería
estar en mi lugar, hoy.
Vivencias intensas que son momentos
fuertes de evangelización juvenil que, esperamos, se
traduzcan en compromiso con Cristo en la vida cotidiana.
Por de pronto, agradecemos a los jóvenes peregrinos, a
los monitores, alumnos en su mayoría de tercero medio, a
los jóvenes asesores exalumnos y exalumnas, estudiantes
universitarios y profesionales- y a los adultos,
religiosos y laicos, quienes contribuyeron con su
presencia y trabajo generoso a organizar y animar la
Semana Santa Juvenil 2010.
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