Cuestión de Corazones nos ayudó a escucharnos y escuchar al Señor por medio de los testimonios respecto de las alegrías, dolores, miedos o metas logradas en estos tiempos recientes. Así nos fuimos internando en lo que el Señor nos quiere decir sobre ello a través de su Palabra, iluminando la existencia de cada uno. Ello dio pie, seguidamente, a reflexionar en torno al documento “SALIR”, dejándonos interpelar sobre que significa ello en nuestro diario vivir, de dónde y hacia dónde hay que salir, qué itinerario espiritual nos invita el Señor a recorrer, qué pasos concretos puedo dar para hacer un proceso de conversión. La vivencia comunitaria enriquece el encuentro con Cristo. Por ello cada comunidad de participantes hizo un signo con un corazón, de manera de presentarlo en la oración de la gran asamblea, en la que Dios nos llamó a “nacer de nuevo” (Jn. 3, 1-8) y nosotros respondimos ofreciendo “UN CORAZÒN NUEVO”.

Una experiencia gratificante por lo que significó el encuentro con los demás, con Jesucristo y consigo mismo o misma, compartiendo desde el corazón.