El lunes 28 de febrero, el
Instituto Rafael Ariztía inició su año escolar 2011, año en que
la Congregación Marista celebra los cien años de presencia en
nuestro país. Fue en febrero de 1911 cuando los Hermanos
Adventinus, Jacinto, Adulfo y José Andrónico cruzaron la
cordillera para instalarse en la ciudad de Los Andes para
fundar, el 15 de marzo, el Instituto Chacabuco, primer
testimonio de la presencia marista en nuestra tierra. Nuestro
Colegio, rinde un sentido homenaje a estos iniciadores del sueño
de Champagnat en Chile.
Nuestro Rector, en su discurso de
bienvenida, pidió a todos los presentes saludar con un aplauso
el recuerdo de estos Hermanos.
Nos acompañó un gran número de apoderados y, por
supuesto, presentes también nuestros queridos exalumnos a quienes
les deseamos éxito en la vida universitaria que inician.
Comenzó el solemne acto con la entonación del himno nacional, para
dar paso luego a la oración. A continuación vinieron las palabras de
nuestro Rector, quien resaltó la celebración del Centenario y rindió
homenaje a los Hermanos Maristas que tanto han contribuido a la
educación cristiana de los niños y jóvenes en nuestro país. Enfatizó
también el lema que unirá a los Maristas de Chile este año: Soñamos
futuro evangelizando desde la educación
Con emoción mirábamos las miradas inocentes y mágicas
de los pequeñitos que entre sollozos y risas nerviosas soltaban las
manos de su papá y mamá, para depositarlas en una tía que
amorosamente lo acogía.
En sus palabras de saludo, nuestro Rector se dirigió de manera
especial a los niños y jóvenes, diciéndoles: Queridos niños,
niñas y jóvenes, que hoy comienzan una nueva etapa de crecimiento.
Su Colegio y los educadores Maristas que cumplimos la misión de
educar con el estilo de María y Champagnat, los recibimos con mucho
cariño. Todos ustedes, sin excepción, en su plena diversidad, son
creación de Dios y por lo tanto, amados por él. Todos ustedes son
para nosotros los niños y jóvenes que nos regaló el Señor para
hacerlos parte de nuestra vocación y ayudarles a conocer, a
compartir, a hacer y, finalmente, a construir su identidad, vale
decir, a SER. Tengan confianza en nosotros, porque al igual que sus
padres, nos mueve sólo la profunda aspiración de que ustedes lleguen
a ser personas felices, que encuentren en esta, su segunda casa,
espacios para desarrollarse plenamente y para poner sus talentos al
servicio de los demás. Sí, porque este Colegio no quiere ser un
lugar donde ustedes reciban solo conocimientos y aprendan saberes,
sino fundamentalmente, un lugar donde aprendan a reconocer que la
mayor felicidad no está en recibir, sino sobre todo en brindarse al
prójimo, en ser solidarios.
Concluido el acto, las alumnas y alumnos se
dirigieron a sus salas para compartir un grato momento con sus
profesores tutores.
Agradecemos la presencia de las autoridades que nos acompañaron y de
los presidentes de los estamentos colegiales, que dieron mayor
solemnidad a este acto.
Deseamos servir a esta tierra, que debe convertirse y de prisa en
la fértil tierra de los cristianos de Champagnat.