Actualmente, a partir del desarrollo teórico en torno a los procesos formativos, somos conscientes de que la idea de educación no solo se limita a la entrega y adquisición de conocimientos, sino también plantea como necesidad imperativa el fomentar el desarrollo de habilidades ligadas al pensamiento crítico y a la capacidad de expresar ideas de manera efectiva. En este sentido, la creación de espacios de argumentación y debate en nuestra comunidad educativa se convierte en una herramienta fundamental para el desarrollo integral de las personas que pretendemos formar. Hoy, el Instituto Rafael Ariztía cuenta con una generación de estudiantes empapada en el deseo de construir tales espacios, repleta de una energía transformadora que muchas veces limitamos por el ritmo acelerado de los semestres académicos y sus responsabilidades asociadas. Tales características no pueden pasar desapercibidas o dejadas en segundo plano. Como docentes debemos buscar las alternativas necesarias para canalizar inquietudes y motivaciones en torno a este tipo de temáticas, diseñando iniciativas en las que los estudiantes sean protagonistas y no meros espectadores. 

Estos espacios ofrecen beneficios significativos y contribuciones tanto a nivel individual como comunitario, promoviendo el aprendizaje activo, la tolerancia y la participación ciudadana.Formar parte de este tipo de instancias implica el desafío de articular ideas de manera clara y persuasiva, lo que fortalece sus capacidades para expresarse y escuchar de forma efectiva. Estas habilidades de comunicación no solo son útiles en el entorno académico, sino que también les brindan una ventaja en sus interacciones personales y futuras áreas profesionales. No podemos olvidar que en nuestra declaración de principios como institución (específicamente en nuestro Marco Teórico Doctrinal) pretendemos promover un tipo de educación que oriente a los estudiantes a pensar y actuar, con una visión crítica de la realidad. Ciertamente, nuestros esfuerzos se orientan a concretar tal objetivo, y son múltiples las acciones que se han adoptado en estos últimos años.Tengo la grata oportunidad de acompañar a los integrantes de la Red Ecológica en su primer aniversario como movimiento pastoral, espacio que ha convocado a diferentes estudiantes desde 8vo básico hasta 4to año medio, cada uno de los cuales ha demostrado un compromiso profundo con la realidad ecológica local y con los desafíos presentes al interior de nuestro colegio, diseñando posibles alternativas o soluciones por medio del trabajo en equipo, el cuestionamiento y la reflexión colectiva. La permanencia de este tipo de iniciativas dependerá de manera exclusiva de la motivación de sus integrantes y de la capacidad de comunicación y convocatoria que posean los mismos respecto de los objetivos que se pretenden alcanzar.

No podemos desaprovechar la oportunidad de empoderar a las nuevas generaciones de estudiantes respecto de su proceso formativo. Son ellos quienes deben asumir un rol protagónico, sintiéndose valorados al contar con la oportunidad de tomar decisiones y de ser escuchados respecto de sus intereses, motivaciones y problemáticas.

Por Marcelo Antonio Arancibia González.
Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales.

Fotografía, Tomás Bacian Olguín.
Estudiante M3D, nuevo integrante CIRA (Comunicaciones IRA)