La ceremonia contó con la distinguida presencia de la Rectora del Instituto, acompañada por su Consejo Directivo, así como la comunidad de Hermanos de Quillota, el Centro de Estudiantes, el Centro de Padres y Apoderados, el Centro de Exalumnos, docentes, asistentes de la educación, administrativos y auxiliares, quienes se unieron en una muestra de unidad y gratitud.

Un momento destacado de la misa fue la conmemoración de los 40 años de servicio de Fernando Guerra, un querido miembro del personal del colegio, cuya dedicación y compromiso han dejado una huella imborrable en el IRA.

El coro, compuesto por talentosos profesores, elevó sus voces en armonía, llenando el recinto con su melodiosa interpretación. Además, se llevó a cabo un emotivo gesto de entrega de ofrendas, donde se presentaron prendas actuales y antiguas del uniforme escolar, simbolizando el legado y la evolución de la institución a lo largo del tiempo.

En su discurso, la Rectora destacó el papel fundamental que desempeñan los niños, niñas y jóvenes como el motor que impulsa toda la comunidad educativa, reflejando así el sueño y la visión de nuestro querido fundador, San Marcelino Champagnat.

Esta celebración no solo fue un momento de reflexión y gratitud, sino también una ocasión para fortalecer los lazos que unen a la familia ariztiana y renovar el compromiso con los valores maristas que guían la labor educativa en el Instituto Rafael Ariztía.