En los pasillos del colegio se comentaba que vendría a
visitarnos el Hno Provincial. ¿Cómo se llama?,
preguntaba alguien. Otro más enterado le respondía "creo
que An-tonio, sí, Antonio Peralta y es boliviano".
"¿Boliviano ? interrogaba el de más allá".
Lo cierto es que la expectación terminó
cuando vimos arribar a nuestro IRA al nuevo Hermano
Provincial que se presenta como un superior de los
Hermanos, pero también de los laicos docentes y no
docentes inspirados en el sueño de Champagnat y que los
lleva a educar amando, a construir las obra día a día
desde las diferentes realidades del quehacer.
Sentí alegría porque me evocaba a un
antiguo Superior General, el recordado Hno. Basilio
Rueda; vi a un hombre que encarna la sencillez de
Marcelino, la humildad de María, con una visión de Padre
observador y atento, que capta rápidamente ambien-tes,
necesidades, y que aconseja como un hombre joven, con
sabiduría de anciano.
Desde Quillota, solamente damos gracias por
la cercanía, por la presencia de este Hermano
Provincial, que nos permite conocerlo en su sencillez,
con sus miedos, sus debilidades, junto a su firmeza en
la tarea encomendada por el Señor y que aceptó, a no
dudarlo, con la entrega de María.
Profesores, alumnos, administrativos,
auxiliares, colaboradores todos junto a los pa-dres y
apoderados, comprometemos nuestra oración por el nuevo
Hermano Mayor, para que Dios, el Padre Bueno, le dé las
fuerzas necesarias para sacar adelante este emergente
Provincia Santa María de los Andes, única, sin
países, con acierto fra-terno.