La misa fue presidida por nuestro capellán, el Padre Enzo Salazar y nuestro diácono Nelson Aravena y contó con la participación de las familias de nuestros alumnos, docentes, hermanos de la Comunidad de Quillota, directores de sección y la grata presencia del Hermano Delegado de Misión, Jesús Pérez Valdajos.

La primera lectura estuvo a cargo del Encargado de Pastoral del colegio, Jaime Araya y el Salmo fue cantado por la alumna del M4ºB Valentina Díaz. Continuamos con el Santo Evangelio y luego el mensaje del Padre Enzo en la homilía, en el que hizo un llamado a los alumnos, a no olvidarse de la Iglesia, mantener el contacto con el Señor y continuar ligado a la religión que desde niños se les ha inculcado en este colegio.

Nos preparamos para recibir al señor, con la presentación de los dones, en esa ocasión los padres y apoderados de la generación 2011, quisieron dejar un testimonio de su paso por el colegio y ofrecer a la Buena Madre una pileta para el agua bendita, la cual fue presentada por alumnos delegados de pastoral.

Los alumnos de Cuarto Medio ofrecieron su compromiso de vida a Dios a través de la Buena Madre, con un mensaje que depositaron el altar, su lectura “Soñamos crecer a través del Evangelio” demostró los deseos de nuestros egresados por seguir buscando la virtud de regalar sencillez, humildad y modestia, en la sociedad que les espera fuera de las aulas del IRA. La familia Abuyeres Martínez entregó el pan y el vino al altar, poniendo en presencia a la familia como pilar fundamental de la vida marista.

Luego vino la Ceremonia de Envío, momento en que se les entregó a los alumnos que han permanecido toda su escolaridad en el IRA la Insignia Dorada Marista y a los alumnos que egresados se les entregó la Insignia Plateada, que ahora los identifica como ex alumnos maristas de Chile.

Una vez recibido el testimonio que los acredita como maristas, el Colegio les hizo entrega de una vela recordatoria como símbolo de la fe y esperanza, para ello, los tutores junto a los presidentes de curso recibieron la luz y la repartieron a sus compañeros.

La despedida fue muy emotiva, todos los alumnos levantaron sus velas y en un ambiente de mucha fraternidad se cantó el tradicional Salve, como expresión de gratitud y amor a la Buena Madre y las aulas que los cobijaron durante largos años en su paso por el Colegio.

Luego de la Bendición Final, el Centro de Ex Alumnos del Colegio , ofreció un coctel para recibirlos oficialmente como ex alumnos maristas del IRA.